Montegrappa, el fabricante de complementos de escritura más venerado de Italia, ha captado el espíritu de St. Moritz, en una serie de plumas de lujo. Las plumas estilográficas artesanales y los rollerballs son representaciones aptas tanto el pueblo en sí como para todo el aura que lo rodea. Para el 2012, un nuevo cuarteto de plumas se han introducido, en la tradición de la serie anterior, ahora altamente coleccionables.
St. Moritz no es como cualquier otro resort, ya que ha llegado a simbolizar todo lo que el destino de Suiza debe ser: elegante y refinado, exclusivo y acogedor. Tan grande es el impacto que St. Moritz ha tenido en la conciencia global, ya que abarca desde ser seda de los primeros esquiadores de hace 150 años hasta ahora que es "sinónimo de" refugio cinematográfico y literario de lujo.
Situado en el valle de Engadina, St. Moritz primero atrajo a los visitantes y funcionó como un centro propio en 1864, cuando el hotelero Johannes Badrutt hizo una apuesta que todavía se recuerda en toda Suiza. Su apuesta fue ofrecer a cuatro turístas británicos en la temporada de verano, regresar al mismo hotel en invierno y si su estancia no la encuentraban tan placentera como en su estancia en verano, le tendría que pagar el costo de su viaje. Era una situación de ventajas para el turista, ya que también se ofreció a pagar su estancia, para quedarse todo el tiempo a su antojo, si encontraban St. Moritz atractivo incluso en invierno. Este ejemplo de la astucia refinada no sólo estableció St. Moritz, como una estación de esquí, sino que también puso en marcha los Alpes en su conjunto, como un destino de vacaciones para los esquiadores.
St. Moritz no es como cualquier otro resort, ya que ha llegado a simbolizar todo lo que el destino de Suiza debe ser: elegante y refinado, exclusivo y acogedor. Tan grande es el impacto que St. Moritz ha tenido en la conciencia global, ya que abarca desde ser seda de los primeros esquiadores de hace 150 años hasta ahora que es "sinónimo de" refugio cinematográfico y literario de lujo.
Situado en el valle de Engadina, St. Moritz primero atrajo a los visitantes y funcionó como un centro propio en 1864, cuando el hotelero Johannes Badrutt hizo una apuesta que todavía se recuerda en toda Suiza. Su apuesta fue ofrecer a cuatro turístas británicos en la temporada de verano, regresar al mismo hotel en invierno y si su estancia no la encuentraban tan placentera como en su estancia en verano, le tendría que pagar el costo de su viaje. Era una situación de ventajas para el turista, ya que también se ofreció a pagar su estancia, para quedarse todo el tiempo a su antojo, si encontraban St. Moritz atractivo incluso en invierno. Este ejemplo de la astucia refinada no sólo estableció St. Moritz, como una estación de esquí, sino que también puso en marcha los Alpes en su conjunto, como un destino de vacaciones para los esquiadores.
• La Semana del Automóvil 1929, por Baumberger - encapsulados en la imagen de un coche de carreras de color rojo brillante en dirección a las montañas a gran velocidad
• Gran carrera de esquí 1911, por Kupfer - con un esquiador pensativo pensando en la carrera en la que está a punto de competir
• La hora del té en el lago Engadin 1920, por el Stiefel - que muestra los aspectos relajantes de St. Moritz, como un elegante resort
• Mujer con una chaqueta roja 1925, por Daester - una reminiscencia de la genial época Art Deco en la que se creó la obra.
La Edición Limiatda St. Moritz 2012 consta de 300 plumas estilográficas y 300 rollerballs con adornos de plata de ley y una edición especial limitada de ocho plumas y ocho rollerballs con adornos de oro macizo de 18 quilates por diseño. Cada vez que toque el papel, la pluma Montegrappa St. Moritz será un recuerdo inolvidable y evocador de la perla de Suiza.
Hace exactamente 100 años, desde 1912, Montegrappa ha fabricado instrumentos de escritura de alta calidad en el mismo edificio histórico, en Bassano del Grappa, al noreste de Italia.
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